"Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra".

(Salomón Jedidías ben David, Qohelet 11:1, 2).

sábado, 18 de junio de 2011

LA ESPADA DEL QUERUBÍN




AFORISMOS Y REFLEXIONES
Segundo cuaderno
LA ESPADA DEL QUERUBÍN
Concepto.
Atributos.
Plasmación.
Inocencia.
Límite por condicionamiento.
La mente analítica y la sintética.
La ciencia como aspecto.
la humanidad del científico.
Lugar del pensamiento lógico y del mágico.
¡Respeto a la dignidad!.
Estructura.
Mal o boda.
Causa.
Parto del árbol.
Realización de la historia.
Fruto de la historia.
Dios e historia.
Influencia de la historia.
Constitución.
A los rebeldes.
Serpiente y paraíso.
Historia clínica.
Caída.
Desestructuración.
Disposición de la estructura.
Simientes de enemistad.
Colofón.


"22Y dijo Yahveh Elohim: He aquí el hombre es como uno de Nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora,
pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y viva para siempre.
23Y lo sacó Yahveh del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
24Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del Edén querubines, y una espada
encendida se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida."
(Génesis 3:22-24).


LA ESPADA DEL QUERUBÍN
Condiciones de la vivencia humana

1
Concepto
El concepto evidencia una estructura funcional total. La estructura revela una finalidad de comunicación.
Comunicación es la comunión del concepto en su esencia y/o atributos. Comunión es la estructura del amor. El
concepto es la definición del ser. El amor es, pues, la participación del concepto del ser y del ser mismo; y
participar es comer de él; en última instancia, vivir de Dios. El concepto evidencia la estructura funcional
porque testifica de la unidad de los patrones de comunicación y su interrelación. Al rechazar la esencia, la
existencia y la vida que se imponen al concepto y lo producen, y al rechazar el concepto, se corta la
comunicación y se origina la enfermedad en cualquiera de sus planos; se da lugar a la isla de la locura, al
efecto de la muerte y al suicidio mismo; al abismo infernal. El hombre no establece el concepto; solamente lo
descubre en la estructura funcional dispuesta por Dios; interpreta la vivencia encontrada. El concepto habla los
valores e ideas de la omnisciencia. La omnisciencia atribuye al concepto. El Concepto Pleno de Sí mismo y de
todas las cosas en Dios es Su Verbo, el Hijo de Dios. El Verbo Divino es la manifestación de Dios en
perfección. Éste es Jesús Cristo, el Verbo de Dios hecho hombre, venido en carne. Éste también tiene Su
casa, Su cuerpo, donde ha de cumplirse la expresión fiel de la palabra de Su voluntad. La omnipotencia
trascendente divina atribuyó con Su voluntad en Su omnisciencia trascendente existencia real y vida al
concepto con Su omnipresencia trascendente e inmanente, con poder, y el Verbo fue entonces el vehículo de
la creación ex-nihilo. El concepto es también entonces el conocimiento del atributo, y el atributo es la realidad y
vida del concepto, su contenido.
La imagen y semejanza del Verbo de Dios era una atribución que le había sido confiada al hombre. Dios
quería revelarse ante la creación a través del hombre en el huerto del Edén, y éste se pasearía como señor
delegado de la creación. Quien lo redime a esa posición es Jesús Cristo. Jesús Cristo formado en el hombre
redimido, en lo individual más lo corporativo, es el atributo de la plenitud de Dios expresado. De nuevo el
Hombre. El retorno del hombre a su predestinada gloria original, la imagen y semejanza de Dios. El Hombre,
he allí donde Dios quiere ser conocido, visto y palpado como en Su propio Hijo y por medio del mismo. Dios se
da a conocer por medio de Su Hijo Jesús Cristo formado por Su Espíritu en el Hombre redimido y corporativo,
el Hombre Nuevo en resurrección.
Mirad a Dios: la operación de Jesús Cristo en los verdaderamente suyos. Los suyos, sí, el cuerpo de Su
atributo pleno en cuanto a naturaleza. Aquellos que Él conocía antes de la fundación del mundo, escogidos,
predestinados y bendita y plenamente provistos, ordenados y acircunstanciados para ese bien supremo. La
verdadera Iglesia. No necesariamente todas las llamadas "iglesias", sino Jesús Cristo, el mismo ayer, hoy y
por los siglos, el mismo en Sus naturalezas divina y humana y en Sus modos, formado y operando en el
Hombre Nuevo y corporativo. Todo lo demás es perversión, vil desfiguración, el lodo de los diablos; o por lo
menos inmadurez. ¿No fue acaso la misma religión la que se convirtió en instrumento de Satán? Sin embargo,
Jesús Cristo aún camina sencillo y humilde entre los pescadores, los mansos, los pobres en espíritu, aquellos
que reconocen su necesidad espiritual y sólo pueden vivir por Su Espíritu. Si le encuentras, ovejita, ya le
reconocerás.
Huye del palacio de los extraños, pues los lobos se han vestido con tu piel; pero son lobos, no es Jesús.
Pero si encuentras a Jesús, ya le reconocerás; Él conoce el llanto de sus corderitos y Él mismo busca donde
están.

2
Atributos
La presencia de valores testifica la realidad del atributo. Y atributos hay según su cualidad: atributos que
provienen de la eternidad y atributos permitidos tan sólo temporalmente; aquellos, éstos últimos, sobre los que
sería expresada la reprobación según la libertad y carácter de Dios, quien en Su esencia y naturaleza tan sólo
acepta como propios aquellos atributos que provienen de la eternidad de Su carácter. Mas permitió Dios en
sus criaturas la existencia de atributos reprobables para revelar el desarrollo de Su juicio y la multiforme
riqueza de Sus pronunciamientos. Estos últimos son el caso de lo que tuvo principio en sentido de perversión.
Todo aquello que no es Su carácter y amor eterno, no puede sostenerse para siempre, pues lleva en sí el
principio de la destrucción y de la muerte. Dios, el Primero, estableció, pues, una estructura funcional que
funciona según Su propósito eterno de expresar Su propio Atributo Pleno. He allí, pues, el porqué de la espada
flameante del querubín que cierra el camino al hombre para que éste no alcance por sí mismo el fruto del árbol
de la vida, que es Dios mismo. La Vida Eterna está en la revelación de la esencia, naturaleza y voluntad de
Dios, Su misterio.

3
Plasmación
El hombre fue dispuesto para reflejar una imagen y una semejanza. Y llegará a hacerlo plenamente después
de su redención. También con propósito se permitió la caída; para que sea conocido el Hijo de Dios.
Disciplinas psicológicas y sociológicas, interpretaciones psicoanalíticas y reflexológicas ¿no vislumbraron
acaso en el hombre a un espejo que refleja, mas no inerte, sino libre, la influencia preferida de las fuerzas?
Tales ejemplos tienen un porqué. ¿Cuál? Hay un Atributo Eterno que se está plasmando a lo largo de toda la
historia. Aún los períodos permitidos de escepticismo tienen su función. No nos hacemos sin embargo por eso
cómplices del escepticismo, sino que lo comprendemos. Igualmente con la desesperanza del problematicismo
cerrado. Marchamos hacia una economía de valores absolutos. El aprendizaje de la historia nos dirige a ese
lugar, pero no en forma conjunta forzada, sino particularmente, porque el hombre recibió individualidad, y lo
conjunto sólo provendrá de la alianza de los individuos en el sustento único que proviene de Dios. Pero
también el juicio tendrá su parte, por lo cual también hay guerra. El aprendizaje de la historia se hace rico en
sus mismos fracasos. Veamos un ejemplo: la máxima expresión del arte es en la adoración, la cual es su meta
legítima. Adoración es la indefectible cosecha que se recogerá en la revelación de la excelencia del Divino
Atributo Pleno en sus insuperables valores eternos y absolutos por su cualidad divina. Es en esta comunión de
adoración donde el hombre encuentra ocasión para su realización completa. El privilegio de poder admirarse
es un índice de vida. Toda la estructura del hombre se inflama ante la majestad de Dios cuando éste se revela.
La historia del hombre es el registro de un aprendizaje de adoración y convivencia. Aun el moderno ateísmo
con su consecuencia anárquica es una desviación narcisista en la que el hombre opta por adorarse a sí mismo
ante su frustración de no hallar a su Objeto de adoración anhelado. La meta de la marcha es la conciliación de
los atributos permitidos con los esenciales y eternos primordiales. También se marcha, como consecuencia de
lo anterior a la conciliación de los atributos menores entre sí, lo cual se logrará en virtud de la unidad
originante. Pero también se marcha hacia el juicio final. El principio esencial de todas las cosas es el amor de
Dios que nos alcanza mediante revelación y se disfruta por la gratitud. La historia a veces se repite para
solidificar el cumplimiento del propósito.
4
Inocencia
El Hombre virgen es la mujer de Dios; es decir, los inocentes. El divorcio, que es la muerte y la perdición,
será para la adúltera. Aquellos que envidiaron a la inmaculada luz, pretendiendo un derecho de autofinalidad,
perdieron la participación de esa Luz en su envidia. Mas los inocentes pudieron reflejarla. La inocencia es
aquella que se rinde a la soberanía de Dios entregándole en acuerdo, pacto, alianza, la plena responsabilidad
de sí al mismo tiempo que se la asume con Dios, ante Dios y para Dios, asumiéndola en forma compartida
cual un matrimonio, pues Dios es el legítimo dueño de la plenitud, aunque también la otorga en don y
galardón. En don porque nadie le dio a Él primero; y en galardón porque otorgó libertad y responsabilidad. Las
dos cosas son plenamente compatibles en Él y con Él. Los libres sabrán que su galardón también fue gracia.
La gracia es el esperma; el óvulo la libertad. Pero también la libertad es gracia. La inocencia que refleja la
inmaculada Luz es la belleza. La fealdad es la perversión. También hay inocencia tras la justificación, tras el
perdón, tras el arrepentimiento de la fe que ahora ve a Dios y como Dios. Ese es el secreto filosófico de la
estética. La envidia no pudo crear; tan sólo distorsionó hasta donde le fue permitido, hasta el colmo, y no
aprende aún que le fue dada oportunidad para que conozca la integridad del juicio y la equidad de Dios.
5

Límite por condicionamiento
El hombre está condicionado por toda la realidad; aun aquella que desconoce. Se expresa según sí mismo y
según su condición. Por eso el hombre escribe o se expresa según su sentir particular, e interpreta según su
condición particular, a veces con escasos elementos de juicio a mano: lo poco que logró discernir. He allí una
de las razones por las cuales el hombre solo no es digno de confianza. Tan sólo puede serlo Dios, o el hombre
con Dios, la revelación. Y ha de ser Dios en Su posición verdadera, no como nos lo imaginamos, sino como el
que es y que se conoce únicamente en la medida en que Él quiera revelarse. Pero Él escogió revelarse poco a
poco y tomar en cuenta el amor a Él, la búsqueda de Él, tras sus primeros indicios. La dimensión de la
revelación determinará nuestro conocimiento de la realidad. Aun la ciencia de las cosas exteriores es un don
concedido a ciertos individuos; el regalo de una percepción. La incursión histórica de la revelación proposicional
es un don; también la iluminación espiritual de tal revelación. Y todo puede ser y ha de ser ciencia. La
ciencia que se ocupa de la revelación divina es la de más alta categoría. Pero el instrumento para medir lo
espiritual ha de ser el espíritu. Dios mismo es quien está edificando. Él es el centro y no hallará tropiezo. ¡Que
sigan los discípulos, sí, la raza humana, las pisadas de lo que acontecerá!
6
La mente analítica y la sintética
Para observar las disposiciones en la estructura funcional del hombre, tomemos el ejemplo de ciertos
aspectos de la mente humana en sus fases analítica y sintética. La mente sintética es una mente confiada;
reposa crédula en la inspiración; echa mano de la analogía y de la asociación; tiene por lo tanto una visión
global que pretende ser universal, aunque sus elementos de juicio sean tan escasos como la simple noción. La
mente analítica, en cambio, es desconfiada, duda, experimenta, pone a prueba y se inclina más a las cosas
prácticas (las llamadas positivas). Los dos extremos, sin el auxilio de la otra parte, resultan peligrosos; y sin la
revelación son inútiles para lo verdaderamente trascendente. A la mente sintética le acecha el peligro, cuando
no ha sido definida en la revelación, de juzgar influenciada por sus propias condiciones e intereses, lo cual le
hace aplicar al todo una condición particular, como es por ejemplo el caso de la sobrevaloración de los
factores económicos en el materialismo dialéctico marxista inspirador de la neomarxista escuela de Frankfurt y
las análogas teologías de la liberación. La mente analítica acudiría en su socorro para ayudarle a discernir
esos peligros. El peligro, en cambio, para la mente analítica, consistiría en la enajenación, pues al querer
llevar al colmo de lo inalcansable la verificación y la especialización, pierde la visión conjunta de la realidad
La espada del querubín 43
integral y es capaz de traicionar aun hasta el más obvio sentido común. La mente sintética en este caso es la
que acude en su ayuda y auxilio para ayudarle a ver esos peligros. La mente sintética parece recibir
inspiración; la analítica en cambio descubre; sin embargo se trata de dos ángulos de la percepción donados
por la gracia de Dios al hombre. Una tiene cara de poeta, otra de matemático. El equilibrio se hace necesario
en la integralidad humana; ¡cuánto más la revelación divina! La mente sintética incluye, en cambio la analítica
excluye. La primera es liberal, la segunda es rígida. La primera presiente, la segunda acecha. El inclusivismo
de la mente sintética la hace extensa y amplia; el exclusivismo de la analítica la hace compacta y sólida, pero
muy incompleta y reduccionista. A la larga su "positivismo" se hace impráctico, ilógico, necio, pues traiciona la
realidad humana de la intuición. En este caso corre el peligro de centrarse prejuiciada en sus propios intereses
olvidando el resto de la realidad. Su visión será, pues, corta y entonces se refugiará en la supuesta seguridad
parcial de sus descubrimientos después de la duda, pero la normalidad de la vida requiere un riesgo mayor, la
fe y la hipótesis. La tendencia analítica será, pues, despreciativa y reduccionista. No así con la mente
sintética que en todo ve una parte del todo; y su tendencia será por lo tanto apreciativa, ecuménica. Una
generalización indiscriminada sería el peligro extremo en el que podría caer la mente sintética, lo cual la
encausaría a dar un tratamiento uniforme en la diversidad de casos y circunstancias. Esto la llevaría a alejarse
de la realidad aún relativa, en cualquiera de sus aspectos, sean estos materiales, o biológicos, o psíquicos, o
sociales, o espirituales, etc. Los detalles estructurales que la mente analítica descubriría en lo relativo, serían,
pues, un complemento necesario y valioso para la mente sintética en su labor. La mente analítica ignora lo
que no tiene en su mano, pero la realidad de lo ignorado no desaparece. Estas disposiciones mentales crean
corrientes que en su campo magnético influyen sobre los diversos aspectos de la estructura humana en lo
individual y en lo social por correlación. La sociedad completa se ve, pues, sumergida en un conflicto donde
bien podría haber colaboración. La realidad del hombre no será satisfactoriamente hallada sin el equilibrio de
todas las partes. La "persona" social de la humanidad se deslizaría entonces en la psicopatía más triste y la
dicotomía del desdoblamiento de su personalidad colectiva la conduciría al caos. Su política bélica es un
síntoma de su locura; lo es también su política económica egoísta y su confusión religiosa babélica, incluyendo
entre sus religiones a las coberturas ateas. Pero el hombre tiene un Dueño y su Dueño un propósito. Amén.
7
La ciencia como aspecto.
La ciencia es tan sólo un aspecto de la vivencia humana, y de hecho, no es la única fuente de conocimiento.
Ningún aspecto de la vivencia humana debe ser descartado. Sin embargo, para el conocimiento total de la
participación del hombre con sus circunstancias, se hacen necesarios diversos instrumentos y criterios. El
método para sondear las vivencias somáticas, no debe ser el mismo aquel que busca sondear las vivencias
psíquicas, porque, aunque se relacionan, se quedaría corto. Asimismo, el método para sondear las vivencias
psíquicas se queda corto para sondear las vivencias parapsíquicas, o de índole espiritual sobrenatural.
Pretender reducir un nivel a otro acarreará la mutilación de la realidad y los resultados de la investigación no
se acomodarán a la verdad. Cada nivel vivencial requiere de su método propio, que ciertamente estará en
relación con los demás, mas no por eso se circunscribe a los mismos límites. Ante el monismo de las
corrientes materialistas tales como la reflexología pavloviana y la escuela de Skiner, mucho se tardó para
aceptar el dualismo de la psicología como ciencia del alma y de las vivencias psíquicas. Débese ahora
conquistar el lugar, el método y la interpretación tripartita de la realidad de la vivencia humana. Y que no se
pretenda del hombre hacer un templo con sólo dos partes: soma y psique, porque ciertamente tiene tres:
soma, psique y pneuma; atrio, lugar santo y lugar santísimo. Y el Santísimo tiene sus leyes propias y demanda
de nosotros una posición más refinada, en la cual se hace imposible descartar ningún aspecto de la vivencia
humana so riesgo de malentender el contexto completo de la realidad. Pretender superficialmente ignorar ese
nivel superior, o tratar de minimizarlo, acarreará indefectiblemente más daño que salud. Se requiere, primero,
aceptar el hecho como tal; y segundo, buscar la interpretación en ese mismo nivel de experiencia. El
conocimiento aportado por los sentidos físicos se agudiza por la obra psíquica de los pensamientos y
sentimientos; y el conocimiento en la participación psíquica derivado de la congeneridad humana y de la
empatía, y de los métodos científico-prácticos y abstrapto-especulativos, etc. se acrecienta con la experiencia
de la revelación y otras experiencias concomitantes por ella discernidas. El nivel de la revelación tiene también
sus leyes que le son propias y se debe discernir acomodando lo espiritual a lo espiritual20.
8
La humanidad del científico
20 Alusión al apóstol Pablo en 1ªCorintios 2:9-16.

La ciencia humana investiga basada en el testimonio del hecho. ¿Por qué cierra su corazón para investigar
el testimonio de la revelación divina y el hecho de la comunión con Dios? El testimonio de los que conocen a
Dios satisface el requisito que ponen los científicos, pues ellos afrontan lo demás según el testimonio del
hecho. Pero los científicos, más que científicos son hombres y su ciencia es humana y el humano es frágil. Y
como es de frágil el hombre así es de frágil su ciencia. Y la inconsecuencia humana hace inconsecuente su
ciencia. Y el sentir de la ciencia fermenta como la contradicción del hombre. Sus elementos de juicio son los
límites del hombre y el hombre tiene límites en todos sus sentidos por los cuales conoce y participa.
Solamente el sentido espiritual que capta la revelación está diseñado para percibir la naturaleza divina y las
características de la esencia omnipotente, omnisciente y omnipresente de Dios. La revelación divina es el
fundamento de la sabiduría, lo cual es responsabilidad primeramente de Dios, como responsabilidad
primeramente Suya es el universo. El hombre, como esposa, fue llamado a participar. Claro está que si hay un
primeramente en Dios, también, por voluntad de Dios, hay un segundamente, en cuanto a responsabilidad, en
el hombre; pero lo propio es que el hombre trabaje responsable y plenamente de la mano de Dios.
9
Lugar del pensamiento lógico y del mágico
Los que pretenden interpretar el todo de la vida mediante la sola razón, llegan indefectiblemente a la sin
razón. El pensamiento lógico resulta ilógico ante la realidad mágica. El pensamiento mágico se mueve en ese
caso en un nivel más cercano a la realidad. Las diversas clases de pensamientos y vivencias son facultades
para ejercer la adaptación ante múltiples aspectos de la circunstancia humana. Menospreciar una sola de esas
características es mutilar la cibernética del contexto. A pensamiento lógico, reacción lógica. A pensamiento
mágico, reacción mágica. Si retrocediésemos a investigar el porqué del pensamiento mágico hallamos una
razón lógica subyacente. Asimismo si escudriñamos la genealogía del pensamiento lógico descubriremos tras
él una creencia mágica. La lógica opera en los límites conocidos de la razón, pero la realidad es más extensa.
Y la incertidumbre de lo desconocido, y lo desconocido mismo, son factores influyentes sobre el individuo que
asaltan su pensamiento lógico dejándolo incompetente, haciéndolo no tan meramente lógico al querer
descansar ya no sólo en a posteriori, sino hurgando urgentemente en los a priori de su intuición y en sus
reacciones primordiales. Y no por eso deja de ser plenamente humano, ni pasa a ser un tipo de hombre
inferior. El a priori ha sido también el "pecado" de muchos racionalistas. La ciencia misma tiene los rasgos de
ser un nuevo mito. Sus hipótesis tienen el rostro de la leyenda. Sus métodos son reacciones de temor. Sus

conclusiones son tan variables que llevan la marca de la inmadurez. Aquellos que menosprecian a los que se
apoyan en Dios llamándolos débiles, no saben que su pretendida fortaleza es tan sólo un delirio fácilmente
quebrantado en situaciones límites. En el fondo es una cuestión de fe. Unos confiamos en Dios, el Ser
Supremo, y otros en algo menos. Diremos que la enfermedad de estos últimos es la necedad. Necio es aquel
que niega lo que desconoce. El hombre se aferra a lo que conoce, pero aquellos , en su delirio, pretendiendo
independencia, se abandonan cual niños indefensos al caos y a las fuerzas del caos; se abrazan
desaforadamente a las fuerzas del mal, y los instintos de la naturaleza caída del hombre les subyugan hasta la
destrucción. Solamente la santidad de Jesús Cristo es leal.
10
¡Respeto a la dignidad!
¡Respetad la dignidad que requiere y agradece una finalidad eterna!
¡Respetad la dignidad que busca y celebra el hallazgo de su Primera Causa!
¡No me vengáis con cuentos tontos de casualidades!
¡ni me vengáis con nihilismos culpables, suicidas y cobardes!
¡¿por qué Homicidas?!
¡¿por qué mutiladores de la vida?!
¡¿por qué ignoráis el propósito absoluto?!
11
Estructura
La estructura es reflejo de su Diseñador, el testimonio de Su energía vivificante. La estructura funcional del
hombre no fue dispuesta para poder resistir un mal eterno. El mal tuvo principio y opera en sentido destructivo;
por eso no resistirá la prueba de la eternidad. Necesariamente hallará su juicio definitivo. Solamente Aquel que
proviene de la eternidad podrá sostenerse y sostener para siempre. No puede levantarse para siempre el mal
contra el bien. El verdadero bien es intocable, y el mal tan sólo sirve temporalmente para que el Bien se revele
en todo su rasgo. ¿Quién, pues, podrá contra el amor eterno, contra Su paciencia, contra Su justicia y juicio?
¿quién resistirá Su poder? Cuando Su poder venga, el mal se confundirá y avergonzará; entonces habrá
llegado su juicio y dejará de ser libre. Ahora conocerá el poder que le sindica, le resiste y le juzga eternamente.

Todo será lleno de Dios. Y la memoria del mal tan sólo serviría para vindicar el carácter que le reprueba. Tal
reprobación revela la excelencia de la Santidad Divina.
12
Mal o boda
El mal resulta de la pretensión de la existencia creada por sustituir, lo que es imposible, la esencia y
naturaleza divina; es decir, desplazar a Dios. Mas la esencia divina es de cualidad eterna y suprema,
esencialmente vivificante, mientras que la existencia creada tan sólo aparece como un comienzo al que se le
dio oportunidad; y muchas veces ni siquiera toma conciencia a tiempo. Si la existencia creada reconoce a su
Dueño y Tutor, entonces podrá hallar la inocencia por justificación y a la vez la semejanza envidiada. La
inocencia es la virginidad necesaria. Aquel que tiene Esencia Divina es como un marido para la existencia
creada, la cual es Su mujer.
13
Causa
La Causa merece Su propio efecto. La física es la tipificación de la metafísica, y el movimiento es la
tipificación de los principios de lo inmutable. La onda expansiva es el efecto viviente de su fuente vivificante, la
cual, detrás del todo, es eterna, mas se revela cuando quiere corriendo por los hilos del tiempo.
14
Parto del Árbol
La revelación plena del Árbol de la Vida de naturaleza esencial vivificante, tuvo sus dolores de parto a
través del árbol de la ciencia del bien y del mal, de naturaleza existencial y viviente: la lucha entre el Bien
Divino y el bien y el mal pasajeros. La historia y el tiempo han sido sus dolores. El Árbol de la Vida mismo en
cuanto esencia eterna no tuvo dolores, mas en cuanto Verbo encarnado sí los tuvo como hombre. La
revelación le hace clamar con júbilo, y en su clamor le ha dolido a la historia y al tiempo. El efecto de Su
clamor será el Reino de Dios, el matrimonio entre el atributo pleno de Su poseedor y Su canal escogido.
Poseerse pleno es la realización de Dios y lo demostrará a través del hombre. Dios no ha muerto. ¡Dios mismo

es el Superhombre! Jesús Cristo lo ha revelado. Las carnes del árbol de la ciencia se desgarran con dolor y se
apartan mientras va testificando del nacimiento de su revelación nueva, del Árbol de la Vida que revela Su
eternidad cuando toma la forma de un naciente, un Nuevo Ser independiente de la vejez humana: el Antiguo,
que se velaba tras las andanzas del tiempo, el Anciano de muchos días.
15
Realización de la historia
La realización de la historia consiste en la completa revelación de la esencia y naturaleza divinas; el misterio
de Dios consumado. Todo aquel que no se ajuste a este propósito divino en el lado de la bienaventuranza,
estará descalificado para participar de la economía divina del Reino de Dios. Aunque sí participará en el lado
de la maldición que juzga lo réprobo. Tan sólo Aquel que tiene Esencia Divina escribirá la verdadera historia y
rubricará sobre sus páginas inmortales. La simple búsqueda efectuada por la existencia creada no le capacita
para asentar de sí un dominio eterno del tipo nietzscheano. ¿Cómo negará que se trata tan sólo de una
oportunidad? He allí que la esencia Divina es eterna y subyace eternamente en el Verbo. La existencia creada
en cambio comenzó al ser permitida desde la nada, y ¿cómo pretenderá comenzarlo de nuevo todo, cuando
ya encontró todo hecho, excepto su propia decisión? Cuando vino a la existencia, he allí que ya había recibido
de Dios una esencia, una misión y una oportunidad, el regalo de un atributo con capacidad de pronunciarse
frente a Dios. La Cosa Entera no está por hacerse, mas he aquí que Aquel que tiene Esencia Divina se está
revelando y llamó para Su propósito a la existencia creada otorgándole el don de la responsabilidad y la
consecuencia. La soberanía revelada de Dios se revela en la consecuencia impuesta a la existencia creada
que no puede cosechar lo que quisiera sin relación a su culpa. La relación culpa-cosecha es el triunfo esencialista.
Muchos quisieran que su cosecha no fuese conforme a su culpa, sino que fuese diferente, pero no son
Dios. He allí la locura del superhombre nietzscheano. Aquel que tiene Esencia Divina se está revelando: Dios
en Jesús Cristo descorriendo el velo. La victoria del Galileo21.
16
Fruto de la historia
21 Alusión a la confesión final de Juliano el apóstata, repetida por Nietzsche en el manicomio al escribir su último libro "Mi hermana y yo".

El que se ve obligado a repetir la historia, es el que puede aprovechar el haber aprendido algo de ella. La
historia tiene hijos y estos son sus padres. Cada lugar en la historia tiene su propósito. Aprender de la historia
es convertirse en su artífice. Hacer historia es haber aprendido la lección. No de todos habrá un efecto
trascendente. Morir y salir de la escena no es para memoria. La verdadera memoria es estar vivo
perpetuamente gracias al matrimonio con la trascendencia. Ese es el testimonio que nunca será acallado. Ese
testimonio es presencia real en la historia. La presencia real es el requisito para sentarse en las bancas de la
historia. Vivir y decir la verdad y glorificar a Dios es más importante que ser recordado personalmente. Aunque
Dios mismo nunca olvidará sino que confesará los nombres delante de Sus ángeles. La verdadera presencia
en la historia es haber hecho lugar para Dios , así sea en el anonimato. La historia demanda un precio: su
porqué. No es artífice aquel que apenas tenga una influencia que se pierda con el tiempo. Haber tenido una
que otra opinión no es suficiente para sentarse en la galería de los herederos de la historia. Los verdaderos
dueños de la historia son aquellos que la heredan para siempre. Aquel que puede juzgar a la historia es
realmente el único que la hace. Ni puede juzgar a la historia aquel a quien el tiempo le pasa por encima; es
decir, que se lo come como Cronos a sus hijos. El Juez es la respuesta satisfactoria. Eternidad es el requisito
para vencer. Por eso los ídolos se derrumban en la tumba; mas aquellos que se levanten de la tumba en la
primera resurrección22 heredarán aquello por los que tantos han luchado. El derecho se pierde con la tumba,
pero se sostiene con la resurrección. Jesús Cristo ha resucitado y la herencia con Él es para los que resuciten
con Él. El que no hereda el verdadero fruto de la historia, no es digno de permanecer en ella. Tampoco es
heredar el fruto de la historia perecer con ella. Heredar la historia es gobernar en ella para siempre. Sólo
puede tener una influencia eterna y gobernar en la historia para siempre Aquel que viene desde la eternidad y
que le ha dado un propósito a las cosas. Y Él ha convidado a sentarse con Él en Su trono. Un propósito tan
sólo se sostiene cuando es absolutamente indispensable. ¿Y quién es indispensable? sólo Aquel a quien
todos necesitan. He allí el que traza los designios: Aquel que es la razón misma de Su Ser y que da razón de
ser a sus criaturas y que sacia de amor eterno con Su eterno fluir. Dios nos hace callar. ¡Temamos!,
¡aprendamos! ¡y seamos sabios!
17
Dios e historia
22 Alusión al Apocalipsis 20:1-6.

Dios es el Creador Operante. Podemos decir que es el personaje actuante más importante de la historia. La
acción del hombre es tan sólo una reacción del barro en las manos del Alfarero. Lo cual no significa que no
seamos responsables de nuestro propio destino. El Alfarero cuenta con la responsabilidad de Sus criaturas
personales. He aquí que la libertad que la humanidad tiene que operar está rodeada de condiciones y
ocasiones impuestas por la acción del Soberano. No es el hombre el artífice sino el aprendiz; mas el artífice es
Dios. La historia de la humanidad no es más que un capítulo en la historia de Dios. ¡Oh! raza humana, ¿cómo
escaparás de la pluma del que te escribe?! Pero al mismo tiempo, Aquel que escribe quiso escribir junto
contigo. Calla por un momento y mira; aun, actúa y sé libre con Su gracia, pero he allí que el Dueño cincela Su
obra maestra, la expresión fiel de Su propio Atributo Pleno por Su Hijo formado por Su Espíritu en Su esposa
responsable, cuya responsabilidad fue recibir la gracia por la fe y la fe por la gracia. ¿Dónde está tu orgullo
muñequito de barro? Y sin embargo el Hombre a imagen y semejanza de Dios. ¿Tan necio eres que no
aprendes aún de tu fragilidad? Si quieres hacer algo, colabora voluntariamente con el Hacedor. Aprendamos
de Él, puesto que Él quiere enseñarnos. Quiere enseñarnos como es Él y quiere hacernos partícipes de Su
naturaleza y actividad. Casémosnos con Él y tendremos parte en el Hogar.
18
Influencia de la historia
La historia del hombre aprende de sistema en sistema. Dejadla, pues, que intente una vez más. Cuando
descubra la condición real del hombre, cuando se desvanezca la ilusión de su delirio, entonces llorará y
lamentará. Los ayes le ayudarán a clamar. Entonces Jesús Cristo volverá. Como otras, también la edad del
oscurantismo fue un gran trauma en la historia. Sus efectos son en gran parte el móvil del pensamiento
moderno. Mucha de la filosofía moderna no es más que el eco de los condenados. Pero en medio de todo, los
mártires de Dios han enseñado a quien clamar.
19
Constitución
El "para sí" es la esclavitud a sí mismo; el tormento bajo la tiranía de la existencia propia desconectada de
su origen y de su finalidad. El suicidio es una vana escapatoria, pues alcanza tan sólo al cuerpo. En el sentido
más profundo el suicidio no es posible. El mismo intento es una reafirmación de la existencia en el plano íntimo; es una vivencia del ser que acciona su voluntad para perseguirse a sí mismo pretendiendo
desaparecer. Pero mientras más busque su autoaniquilación por sus propios medios, más afirma su dolor de
existir. El absurdo le testificará entonces que existe un Soberano indispensable el cual es el Dios Único
trascendente y personal. Allí podrá ser liberado; en el matrimonio. Tan sólo Dios que encendió la llama de la
existencia del alma y conoce su constitución puede saciarla y realizarla en Él mismo. Pero Él quiere nuestra
decisión e hizo todo lo necesario para facilitarla con Su gracia. La más profunda intimidad es lo eterno.
Presentad, pues, los valores más excelentes y mirad quien despierta más júbilo inefable en los amigos. Sus
amigos son la multitud de la gloria del Rey. Pero la multitud del rebelde pereció para siempre; la espada de
cada uno fue contra su hermano. Mas la manada del Santo se multiplicó y heredó la tierra y los cielos.
20
A los rebeldes
A los rebeldes:
Cantad entonces
un ratito más
vuestras alabanzas
a la necedad.
¿Qué más daréis?
21
Serpiente y paraíso
El principio de la evolución materialista es el mismo del existencialismo ateo y el mismo de la teoría del
superhombre anárquico. Ese principio es la manifestación de la naturaleza de Satanás que dijo: "subiré a lo
alto; sobre las estrellas del norte afirmaré mi trono; me sentaré sobre el monte santo y seré semejante a
Altísimo"23. Pero he aquí que ha sido echado de los cielos y su torre ha sido confundida24. La espada del
querubín le ha cerrado el camino hacia el Árbol de la Vida, y el huerto del Edén tiene otro Dueño. El paraíso
pertenece tan sólo a la inocencia. Aquel mismo principio diabólico operó también en la formación de las
mitologías, a partir de la promesa edénica de redención, tergiversando así la profecía verídica y original, y
pretendiendo también sustituir al Creador por la creatura. La fabricación de todos esos sustitutos desembocó
en multitud de religiones de una raíz común que se apartaron de la línea legítima original que conocía Adam y
después Seth, Enós, Enok setita, Noé, Abraham, Moisés, los profetas hebreos hasta llegar a Jesús Cristo, el
cumplimiento de la promesa edénica, la Simiente de la mujer. ¿Sabes por qué buscas, oh hombre, un paraíso?
¿sabes por qué intentas fabricarlo y manufacturar "una nueva sociedad" ideal? ¿sabes por qué interpretan los
psicoanalistas que tiendes a regresar al vientre materno? ¡para retornar al vientre celestial! Simpatizantes del
psicoanálisis, ¿no comprendéis por qué se presenta así trazado el plano? Observáis una tendencia, y ¿no
sabéis por qué? La naturaleza del ser estaba originalmente dispuesta para el Paraíso, para morar en el huerto
del Edén, pero fue atrapado el hombre después de la caída, por su nacimiento natural, ahora fuera del Paraíso
al que había sido destinado; por eso anhela regresar y refugiarse. Es que no resulta cómoda la caída, ni la
"adaptación" nos liberta de la muerte. No hay placer en la muerte ni en la corrupción; pero la resignación se
impone al hombre por la fuerza pretendiendo amigarlo con la muerte, susurrándole que de todas maneras eso
es lo normal e inevitable; y de esa manera edificó el hombre una "civilización". Entonces se rindió el hombre a
ella y huyó con ella hacia el suicidio, porque ni carne ni sangre heredarán el reino eterno25. Pero Alguien os
tiende la mano; Alguien ha venido de una virgen: la Simiente de la Mujer; Alguien ha resucitado de la muerte
históricamente ante testigos; y es el mismo que hizo el Paraíso. Es Aquel que sabe redimirlo. Él mismo quiso
entregarnos el amor de Su salvación. El atributo redentor divino se vistió entonces de carne, revelándose así.
Por eso se permitió que naciésemos fuera del Edén al que estábamos destinados. El Dios redentor es la vida
misma del Paraíso, el verdadero Árbol de la Vida. Sí, antes de que nuestro ser fuese concebido en el vientre
de nuestra madre y se vistiese de esta nuestra actual vida terrenal, nuestra naturaleza humana tal como
concebida por Dios ya estaba diseñada para el Paraíso. Pero al nacer nosotros fuera de él, entonces lo
anhelamos. Por eso por lo menos se quiere regresar a la infancia y a la seguridad del vientre maternal, cuando
en esta vida se equivoca en hallarlo o en fabricarlo. La búsqueda de un paraíso en la regresión fetal, según lo
especulan los psicoanalistas, debe tener, pues, su razón. Se retorna a la nulidad huyendo o en búsqueda de
----23 Alusión a Isaías 14:13,14.
24 Alusión a la Torre de Babel y a su sentido analógico.
25 Alusión a las palabras de Jesús Cristo y del apóstol Pablo, según Juan 3:6 y 1 Corintios 15:50.

otra vía para la realización. Ese es también el intento del mito de Prometeo al fin y al cabo. ¿No es acaso el
ideal del socialismo comunista un intento de ese tipo? Lo son también todos los demás paraísos artificiales.
Aún la negación de los valores tiene ese fin dionisiaco y báquico: reafirmar la existencia propia en busca de
realización, mas por la vía regresiva de la nulidad. Y fracasa, claro está, porque la constitución natural está
caída y ya no puede perpetuarse eternamente en realización a menos que sea redimida. La muerte opera
fuera del paraíso. Necesitamos la muerte de la muerte; y eso es precisamente la resurrección verídica e
histórica de Jesús Cristo, evidenciada hasta nuestros días por la operación de Su Espíritu en la misma clase
de obras a través de los redimidos, y por el testimonio oral y escrito de Sus apóstoles. El sacrificio de Cristo
nos faculta, por identificación con Él mediante Su Espíritu, para detener el avance de la muerte en los instintos
y en el camuflaje de la "civilización". La marcha de la "civilización" no es una sublimación, sino un camuflaje
donde sigue operando el principio de la muerte ocasionado desde la primera rebelión diabólica en los cielos.
La redención no es una sublimación, sino que introduce una nueva creación mediante la resurrección por el
Espíritu y que ha garantizado la experiencia de milagros creativos evidentes muchas veces. Hay, sí, un
Paraíso que no es artificial ni necesita ser hecho por los hombres: el histórico y revelado estado paradisiaco
original de nuestros primeros padres, los históricos Adam y Eva antes de su caída y del nacimiento natural de
la humanidad tras ésta. El huerto del Edén es un don perfecto de Dios, propio de Su categoría; y sigue siendo
un don que desciende en Jesús Cristo, el cual es la vida misma del reino de los cielos que devolverá el Edén y
que lo está garantizando ya operando el Espíritu Santo hoy los poderes del siglo venidero26. La mitología
recordaba la real promesa, pero pervirtió en el transcurso del tiempo y en la condición interesada de los
hombres, su curso legítimo de cumplimiento. La mitología pervirtió la interpretación de la historia y la promesa.
Adornó la historia y la desfiguró en la tradición, manufacturando apresuradamente con impostores un
pseudocumplimiento de la promesa de una simiente de la mujer que redimiría; es el caso de Nimrod y
Semiramis que se esconde detrás de las mitologías27. Sin embargo, una línea fiel perduró para hacer efectiva
la promesa: los profetas hebreos y el cristianismo primitivo de Jesús y Sus apóstoles. La historia y la promesa
fueron dadas para revelar con dolores de parto el reino de los cielos que se acerca. La promesa permanece
inmaculada en medio de la maraña de mitologías y falsificaciones que se derivaron de ella. La historia es como
la angustia maternal, el dolor de parto, el vientre en que se forma el reino; pero ella misma no es la que ha de
nacer, ni es la que lo da a vida; tan sólo lleva en su seno el gene recibido del Padre. He allí el cristianismo
-----26 "Poderes del siglo venidero"; expresión de Lucas en Hebreos 6:5.
27 Al respecto se recomienda la lectura de la obra de Alexander Hislop: "Las Dos Babilonias".

primitivo de Jesús y Sus apóstoles; ese es el gene del Padre preñando la historia. Hago muy adrede hincapié
en el cristianismo primitivo de Jesús y Sus apóstoles según el registro de las Sagradas Escrituras. No me
refiero a su perversión posterior cuando se introdujo la cizaña del mismo principio diabólico y nicolaíta
jerarquizante que pretende sustituir la autoridad misma del Creador revelada en Cristo por el Espíritu Santo
según las Sagradas Escrituras, y coloca en su lugar a la mera criatura que otra vez como en la rebelión
primigenia quiere hacerse pasar por cabeza legítima. El Espíritu Santo mismo es el vicario; no necesita otro
representante, puesto que es la autoridad misma en esencia y evidente por la vida y verdad según las
Sagradas Escrituras por Él iluminadas al cuerpo entero de creyentes según la promesa28. El Espíritu Santo
mismo opera directamente y la evidencia de Su operación sobrenatural es Su carta credencial juntamente con
las Sagradas Escrituras. El cristianismo original, que sí tiene una doctrina redentora, es además de doctrina, y
mucho más, una vida redentora que se transmite en forma carismática y sobrenatural que regenera, renueva y
configura a Cristo de manera totalmente evidente e histórica, verificable. Preferimos, pues, en nuestras manos
a la misma propiedad, antes que meramente los reclamos de pleitesía de lobos vestidos de ovejas. No es sólo
el título lo que nos acredita como poseedores, sino el juris posidetis29. Que el saber mismo acredite al sabio, y
la infalibilidad al infalible. Así como el fruto acredita al apóstol. Que el ser acredite el poder, y el poder acredite
el derecho y el deber de hacer. El carisma de la gracia divina es por sí mismo una credencial que aunado a la
comisión basta para la demanda. Oh, un reino que desciende a devolvernos el huerto, el paraíso original
anterior al primer feto, anterior al hombre mismo, anterior a Adam que no fue feto ni conoció el vientre
maternal. Es Aquel que desciende de lo Alto el que puede revelar y dar la vida y sacar a luz la inmortalidad con
la resurrección. Esto no puede hacerlo el que sube de la tierra como confusión babélica, el árbol de la ciencia
del bien y del mal. Errante vaga el hijo del árbol de la ciencia del bien y del mal; errante y triste, llenando de
ciudades la faz del mundo, demudado su rostro y ensañado su espíritu, asesino. Caín deambula por la tierra,
levanta torres, llega a la luna, examina el átomo, perfecciona instrumentos, declara fórmulas, pero todo lo hace
solo. Lo mismo debiera hacer Adam, pero con Dios. Caín estudia desde afuera los objetos como pretendiendo,
pobre, ser un científico; pero sigue errante, porque fue homicida; y muchos hombres tienen corazón deicida y
se encuentran lejos de la vida, expulsos del Edén. Buscan porque no son; pero su búsqueda es huir;
investigan porque no tienen, ni poseen, ni conocen. Adam, de la mano de Dios, tiene, posee y conoce. Caín ha
salido de la presencia de Dios, y ¿quién le enseñará ahora? Hombres hermanos de la tierra, ¿no escucháis Su
28 Juan 14:15-21,26; 15:26; 16:8-15; Hebreos 8:10,11; 1 Juan 2:27.
29 La posesión de facto que genera derechos.
La espada del querubín 55
voz? Dios nos pregunta: ¡Adam, Adam, ¿dónde estás tú?! ¿por qué te escondes? ¿por qué te vistes con hojas
de higuera? ¿quién te enseñó que existe el dolor? ¿por qué te vistes con sedantes y anestesias? ¿quién te ha
abierto las puertas de la enfermedad? ¿por qué te vistes con terapias y drogas? ¿quién te condujo a la
muerte? ¿quién te engañó? ¿quién te dijo que necesitarías astucias comerciales, disfraces, rapiñas,
politiquerías, tretas? ¿cómo supiste que estabas desnudo? ¿por qué te escondes en pesquisas, en refugios
subterráneos, y te embotas con incrédulo escepticismo narcisista? ¿por qué te vistes con hojas de higuera?
¡Cómo permitiste la muerte! Si no es tu propia culpa la que te acecha, y no tienes de qué avergonzarte, ¿por
qué te escondes detrás de los partidos, de las sectas, de las instituciones, de los estatutos, de los convenios,
de las formas de apariencia donde tiras la piedra y escondes la mano, donde la fachada te disfraza? ¿con qué
cubres tu desnudez? Te has vestido de lo que no te cubre, de lo que no esconde suficientemente tus
vergüenzas, de lo que deja expuesta tu reprobación.
¡Qué fácil es, parapetado detrás de la institución, presentar la sonrisa hipócrita a los ingenuos y a los
cómplices, al tiempo que se hace todo lo contrario de lo que se predica! Sólo las Pieles del Cordero nos
cubrirán eficazmente donándonos la inocencia por justificación en el juicio expiatorio de Cristo. Caín edificó
una ciudad, la "civilización". Errante, llorando y vagabundo se hizo de una triste historia desde que salió de la
presencia de Dios. Adam vendió barato la inocencia, pero en la cruz de Cristo encuentra perdón, y en el
arrepentimiento visión de inocencia. Hijitos, creed; como niños oíd y aceptad, recibid, y desparecerán las
arrugas del rostro, la mirada cansada, el dolor de perder. Dios el Padre ha visitado a la tierra por Su Hijo
Jesús, y podemos volver a nacer por medio de Él. Y ya no será nuestro nacimiento meramente por el poder de
la libido, pues ésta nada engendra sino carne; mas será nuestro nacimiento del Espíritu, participando de la
naturaleza divina, atesorando en nuestro ser la evidencia metafísica, para no sólo sobrevivir muriendo para
dejar quizá tan sólo nietos para el canibalismo del tiempo, sino que vivificados por la vida eterna del Eterno,
viviremos cual hermanos celestes. Aun nuestro cuerpo será transformado como el histórico y atestiguado de la
resurrección de Cristo. Incluso hoy, sin llegar aún el día de la resurrección, experimentamos verdaderas y
milagrosas sanidades en nuestro frágil cuerpo mortal, por medio de la fe en Dios revelado en el Cristo de las
Sagradas Escrituras y la historia. Jesús Cristo ha sido la incursión histórica del cielo en la tierra. ¿Puedes
pretender ser científico cerrando los ojos ante la realidad de Jesús Cristo? "El que creyere y fuere bautizado,
será salvo. El que no creyere se condenará". "Y esta es la condenación, que la luz vino al mundo, pero los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas; y todo aquel que hace lo malo no
viene a la luz para no ser descubierto". "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sinoque tendrá la luz de la vida". "Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida que está en medio del
paraíso de Dios"30.
22
Historia clínica
30 Palabras de Jesús Cristo registradas respectivamente en Marcos 16:16; Juan 3:19,20; 8:12; Apocalipsis 2:7.
La preñez ocurre cuando Dios se revela. A falta de contacto con ese derrame sobrenatural en el espíritu y
en las entrañas del alma, la humanidad se llena de ansiedad y recurre al onanismo colocándose a sí misma
como objeto de placer. De allí que surjan tantas corrientes materialistas y racionalistas cerradas hasta el
extremo del delirio de persecución, arrastrando al paciente a la más violenta de las críticas; reacción paranoica
que refleja la desesperación ante la más profunda necesidad, cuya satisfacción ha sido frustrada al faltarle la
realidad de la fe en el testimonio de la resurrección de Jesús Cristo en el corazón. Jesús Cristo, el cual es el
Hijo de Dios por quien Dios vino al hombre, es el esposo que se acercó a la esposa para preñarla con el fruto
de sus lomos eternos, el sumo de Su naturaleza divina. Mas ¿qué dirá la preñadera que se masturba a falta de
un varón? dirá que el macho es mito, y entonces se entregará desaforada a desgarrarse con sus propias
teorías, persiguiendo el ensueño de sí misma, acariciando su progreso "científico" enojada, sí, muy enojada
con Aquel que hubiera podido darle la simiente de la revelación para lo cual toda su estructura está diseñada;
pero la enferma se retira a su rincón; pobrecita. Se levanta acomplejada, amados míos, humanidad hermana,
se levanta acomplejada y procura darse ánimo con un pseudohumanismo, pues ¿cómo será humanismo si
descarta lo principal de sus andanzas? Ella se sienta a escribir el diario de su vida, la historia universal, y claro
está, se justifica; canta al abismo y a la soledad; se mira al espejo y algunas veces no se aguanta y se suicida.
Otras veces, agonizando ya en delirio, intenta seca tragar saliva, muerta de sed en su soledad, se aferra con
las uñas al polvo y murmura delirante por el superhombre, diciendo que Dios ha muerto31. Aúlla:
¡superhombre! ¡Prometeo! Soporta sus dolores rechazando la medicina porque la confundió con opio32,
mientras al mismo tiempo experimenta con los hombres como con perros. ¿Qué es? ¡narcicismo existencial
crónico! ¿No es triste su historia clínica? Pero he allí que algunas camas más adelante, en el mismo pabellón,
está una pobre prostituta intoxicada con erudición. Su matriz llena de simientes extrañas, no sabe quien es el
padre de su pequeño monstruo. Me pregunto: ¿tendrá un tiempo de lucidez para preguntarse por la causa de
su ninfomanía? Adoración sin reservas e íntegra al Señor y Dios eterno y único, adoración continua en el
enamoramiento que despierta Dios por la revelación en la potencia libre de la obediencia posibilitada,
adoración que deseando saciar se sacia del placer de la infinita gratitud por el sentido eterno y la razón de ser
eterna, acogidos y estrechados cerca al corazón de Dios, adoración, esa es la salud. Y digámoslo más
31 Nueva alusión a la filosofía nietzscheana.
32 Alusión al marxismo que considera a la religión como el opio del pueblo.
58 Aforismos y Reflexiones
exactamente: Dios es la salud y se goza en la adoración. Pero le buscamos por Él mismo, no por la salud ni
por el gozo. La salud no es la normalidad estadística, sino el amor; amor pleno a Dios, a los hombres, y a la
naturaleza, en ese orden. Adoremos al Dios que es aunque desconozcamos aún mucho de Su magnificencia.
Dios no cambia, pero sí el concepto del hombre acerca de Él mientras aprende, si entretanto que va
madurando en su aprendizaje y en su preparación para ser la esposa que escogida, se pone de Su lado y es a
la vez guardada y lucida como joya del supremo misterio del amor más sublime que guardábase oculto en el
más recóndito y eterno propósito del Creador. Busquemos no la adoración por ella misma, sino a Dios mismo
por Sí mismo. El motivo, en el arte, determina, pues, su salud o su aberración. Lo exquisito es aquello que el
Creador aprueba. Lucifer quiso dirigir la adoración a sí mismo y quiso convertirse en el eje y objeto de su razón
de ser, como mucha de la filosofía moderna por él inspirada. Por eso se llamó a la muerte y se le dio permiso,
porque la muerte es separación de Dios. El derecho es exclusivo de Aquel que todo lo dispuso para ser Él
mismo el supremo bien de todas las cosas. Dios contribuye sus propios y excelentes atributos, puesto que sólo
lo excelente es digno de Él y lo digno se sustenta de Su herencia eterna y de la inviolabilidad de Su suprema
perfección. Pero el arte humano se vio preñado de la misma profanación diabólica; y aunque sus artistas
pretendieron una innovación original en aras de su propio nombre, lo único que se hizo fue imitar el derrotero
de la obra de Lucifer. Y de la misma manera como aquel quiso sentarse en el trono universal, así el hombre
caído, con sus artes buscó su propia gloria anhelando para sí mismo la adoración; y en vez de elevar su canto
desde la platea al Señor del escenario, se subió el hombre al escenario buscando los aplausos. Y esto hace
porque está lejos de la majestad divina; porque si la conociera, ni siquiera podría volver a pensar en sí mismo,
sino que se aborrecería, dirigiéndolo todo a la contemplación y adoración del único digno: nuestro Dios y
Padre de Jesús el Cristo revelado en Él mismo. ¿Cuándo aprenderemos que se vive sólo por la gracia del
Señor? ¿Le justificarán al hombre sus locos deseos? ¿No es el Excelente sólo Uno? ¿podrías mostrar otro
como Él? Vosotros que queréis ser al menos humanistas, amad como Él, si es que en verdad os suponéis
amantes de la humanidad. Pero ¿qué ha hecho el humanismo? adornar el odio y la envidia, y disfrazar la
crueldad de lealtad. Y dícese lealtad tan sólo para ganarse el aplauso; pues si no, ¿por qué como propone
Nietzsche, no transmutar también la lealtad? Oh, ecos de la caída; el horrible lamento de Satán. Pero que
aplauda el juez y entonces hallaréis la vida. Porque el Juez es Aquel que puede hacer resucitar. Que no es tan
sólo viviente, sino vivificante. Y aquella a quien aplauda el Juez, será entonces Su esposa, cuyo nombre el
mismo Juez confesará cuando Su mismo nombre escriba sobre ella que se olvidó de sí hallándose tan sólo en
Él. Y esa es la mayor honra, ser reconocida esposa y llevar sobre sí el nombre del Amado.

23
Caída
La corrupción ha descendido desde el mundo espiritual en la rebelión de los ángeles caídos, y corrompe lo
psíquico habiendo penetrado en la mente, en la voluntad y en las emociones del hombre. Desde allí la
corrupción desciende a la estructura biológica por causa del uso en despropósito; la corrupción alcanza
entonces el mundo material. Desde lo espiritual desciende la corrupción hacia el caos arrastrando al mundo
material hacia la nulidad y la destrucción, la maldición de la naturaleza por el pecado del hombre. El pretendido
"cientificismo" del ateísmo es como una punta de lanza que fermenta de podredumbre los estratos de la
creación guiándola al suicidio, como pudo verse después del darwinismo, del marxismo y del nietzscheanismo,
en el nazismo y el stalinismo. La pretendida evolución creó las purgas más deshumanizantes. Ese "método" se
deshace cada vez más de las vivencias superiores e involuciona hacia la degradación. Después ha querido el
hombre comprar la paz, pero la paz no se compra. Lo que han hecho es comprar una tregua mientras
satisfacen sus instintos de supervivencia en medio de una naturaleza ahora maldecida por causa del hombre.
La maldición en la naturaleza introdujo la muerte y pervirtió por tanto el instinto de conservación, que es ahora
como un grito de socorro ante el abismo recién abierto en los estratos de la creación. La muerte en la
naturaleza pervirtió el instinto de conservación y aun las tendencias de la libido. La redención transformará
también ese orden. El orden caído pervirtió las leyes de atracción y repulsión, confundiendo el bien con el mal,
quebrantando el matrimonio y abriendo las puertas del divorcio.
24
Desestructuración
Más que psicoanálisis, necesitamos la eficaz vivencia del discernimiento de espíritus. Ha de verificarse el
motivo más íntimo para comprender el fin de la tendencia. También ha de discernirse espiritualmente la
condición monstruosa de la situación caída de la naturaleza humana, que no es tan sólo un tema de la
revelación, sino una triste realidad evidente todos los días en el hombre. La caída no sólo está escrita en las
Sagradas Escrituras, sino en nuestra misma carne y en nuestros mismos tuétanos, pesando aterradoramente
hasta sobre el último rincón del alma. La tendencia libidinal opera ahora según un instinto pervertido que mal
opera las leyes de la naturaleza ahora vendida al poder del pecado y convertida en caballete de los demonios.
La corrupción y la muerte señorean sobre la naturaleza humana y sólo Jesús Cristo ha vencido y puede
liberarnos. Un motivo espiritual enfermo en los cielos cuando Satanás desconoció la deuda de lealtad y
adoración a Dios fue la causa inicial de la corrupción y la muerte. La perversión ignoró el propósito inherentedel ser dando origen al existencialista "para sí", lo cual abrió la brecha del abismo y despeñó a la existencia a
un absurdo amoral que contagió al hombre seduciéndolo perversamente a operar deslealmente en
independencia del Creador, utilizando las energías de sus fuerzas que le fueron otorgadas, ahora en la
perversión y en un nuevo y malo rumbo hacia la destrucción y muerte. La naturaleza toda bajo tal influencia
fue esclavizada a la vanidad y al absurdo, ahora también bajo el segundo liderazgo del hombre que escuchó al
demonio y se separó de la finalidad inherente de su ser, el "para Dios", estropeando así toda su propia
estructura Se introdujo, pues, la perversión en las tendencias de la energía natural, y por lo tanto aconteció
una degeneración cualitativa que asimiló en su seno a la enfermedad infecciosa del mal que lo fermenta todo
hacia la muerte mediante la corrupción. Perversiones a la ley natural aparecieron en la degeneración
cualitativa, y el instinto de conservación se pervirtió en la violencia de la lucha. Antes de la degeneración
cualitativa operaba incólume un principio cibernético de armonía absoluta en una economía de perfecta
suficiencia en Dios. Pero apartándose de Él, se originó un principio de discordia, de lucha, de competitividad
en vez de complemento. Sí, antes operaba un principio cibernético de perfección y reposo en Dios, pero la
caída en el abismo exacerbó perversamente el instinto de autoconservación ante la nueva vivencia del terror
de la muerte y del peligro. El temor ante el peligro y la muerte acentuó el autismo existencial del "para sí
mismo", desconectando al ser de la conciencia de la finalidad legítima de su ser en el amor. Estropeóse la
estructura causando conmoción y muerte, destrucción, desestructuración; lo que significa inutilización de la
estructura e infuncionalidad objetiva; es decir, la estructura desecha no corresponde a sus objetos
complementarios.
25
Disposición de la estructura
La razón, por ejemplo, es la estructura lógica de la vivencia de las representaciones. Está ligada a las
nociones que se corresponden con sus realidades concomitantes interiores y exteriores. La representación es,
pues, la interpretación particular de la vivencia, y su común denominador. La imaginación, por su parte, es una
estructura "mágica" de la representación, versátil, diseñada para la hipótesis y para el lenguaje de la intuición.
La imaginación es el espectro, la silueta a ser llenada por las posibilidades. La razón es instrumento de
comprensión. La imaginación es instrumento de adaptación. La memoria es el registro fijo de la representación
y es impactada por la realidad. Los sentimientos son la empatía. La conciencia es el depositario de la
confluencia. La voluntad es la activación y reacción del alma relacionada también a la conciencia del espíritu.
La espada del querubín 61
La vivencia es la experiencia de la multiformidad de la existencia, y ésta última es imagen y semejanza
espectral para ser llenada de la naturaleza divina por la vida y Espíritu personal de Dios. Y por serles otorgada
responsabilidad a las existencias creadas personales, hay, pues, existencias hechas perennes y aceptadas, y
otro tipo de existencias permitidas y reprobadas. La naturaleza humana es una sola, pero aquellos que
tuvieron a Satán por dios, le acompañarán en el infierno y beberán eternamente de su propia opción. Unas y
otras existencias servirán para que se conozca el camino de la personalidad divina, la naturaleza de Su
esencia vivificante, y lo escogido por Dios así como lo por Él reprobado. Toda la estructura humana está, pues,
dispuesta para corresponder responsablemente ante el Ser y la acción de Dios. Tanto la igualdad como la
diversidad se basan en la soberanía de Dios.
26
Simientes de enemistad
Entre los sentidos de la psiquis humana algunos se usan con más fervor que otros según las diferentes
etapas y ocasiones de la vida. Por ejemplo, en la infancia se usa mucho el sentido de la imaginación; en la
juventud, los afectos; en la adultez la razón; en la vejez la memoria. La conciencia es patrimonio de todas
las edades, como todo, pero también se acentúa en la vejez. Asimismo la historia ha tenido un recorrido
análogo pasando por las etapas del primitivismo así llamado mágico, y pasando luego por el renacentismo
hacia el romanticismo habiendo pasado por el racionalismo; y ahora que se acerca a la muerte se avoca al
refugio del historicismo. Todo su desarrollo ha sido hacia el registro de sus lecciones en relación con Dios y
a la convivencia. Cada generación tuvo su oportunidad específica. Las lecciones no necesariamente
muestran un progreso; sino que al contrario, muestran dos tendencias en oposición cada vez más
encarnizada y definida, más madura y alineada. Una tendencia ha degenerado desde la fe al filosofismo y
de éste al materialismo o al esoterismo, disponiéndose para recibir la revelación del juicio reprobatorio. La
otra tendencia ha sido siempre una búsqueda hacia Dios y al conocimiento de las esencias originales. No
son períodos alternados como si tratase de movimientos meramente pendulares, sino que se trata del
enfrentamiento continuo de fuerzas; es decir, los dolores de parto. Operan dos principios: uno de corrupción
y otro de restauración. El de corrupción se encamina a la coronación de la iniquidad y a la destrucción total.
El de restauración se encamina a la experiencia de la plena redención. Entre estos dolores de parto se halla
la deshumanización del hombre por los mismos que persiguen su ensalzamiento antropocéntrico. Incluso
durante la rutina de la exactitud en la investigación y el tratamiento, se llega al polo contrario de lo buscado.Por ejemplo, en el profesionalismo de la psiquiatría con su consecuente deshumanización, se revela un
mecanismo de defensa del psiquiatra contra el contagio psíquico por identificación. Otro ejemplo: con la
liturgia meramente tradicional y formal en la religión se pretende encasillar la vivencia en la formalidad
exterior reduciendo así la autenticidad y originalidad de la experiencia religiosa. No obstante es legítimo el
monitoreo espirital a la luz de la revelación proposicional que es la autoridad frente al mero subjetivismo
psicologista. Jesús Cristo, al contrario del psiquiatra que con su profesionalismo deshumanizante se
defiende del contagio psíquico por identificación, y al contrario del clérigo que se desliza en el mero
formulismo, Jesús Cristo se identifica con la realidad de cada hombre colocándolo sobre sí mismo y
constituyéndose en la esencia de la nueva realidad espiritual íntima sanadora y realizadora. Jesús Cristo
llevó sobre sí la identificación con todo el género humano para liberar y regenerar desde lo más íntimo a
cada quien que libremente le reciba sostenido por la gracia divina. La redención por la obra expiatoria de
Cristo y la regeneración por Su Espíritu son el único camino de recuperación total del hombre. El plan de
Dios es la única terapia integral. Y eso ha sido así a lo largo de la historia de los individuos. La verdad de
siempre tiene sus muchos testigos cada día.
27
Colofón
La espada del querubín flamea guardando el camino, pero he aquí que puede ser manchada con la
sangre del Cordero. La espada ensangrentada con tal sangre, a los ojos del querubín, se convierte en una
puerta abierta para todos aquellos que con Cristo son muertos en Su cruz. La muerte de la muerte ha
venido. La sangre del Cordero salpica y enjuaga la espada del querubín y apaga para los redimidos su
flama. Comed, amados, del fruto de la Vida, de Sus doce frutos. He aquí que el Árbol de la Vida alimenta
Sus raíces en el Río que desciende del trono. Sí, sí, solamente la gracia del perdón por la expiación y su
concomitante regeneración por el Espíritu de Cristo, abren el camino al Árbol de la Vida mientras apaga el
fuego de la llameante espada del querubín. La revelación de Jesús Cristo participada al hombre por el
Espíritu Santo es la savia que alimenta el fruto de la vida eterna. Considerad, humanos hermanos, esta
breve exhortación e insinuación, porque es un testimonio de salud.